14 de julio
Salimos
en el carro conducido por C, que lleva a su hijo de copiloto. En la
bañera de la camioneta vamos el abuelo y yo. Viajar en esas
condiciones supone ir de pie, recibir mucho sol, mucho polvo y mucho
viento, pero cuando uno se acostumbra no está tan mal. La carretera
entre Playa Grande y el río Ixcan está en construcción, por todos
lados se ven máquinas, puentes en obras y montones de grava y
materiales. Hay algunos tramos con asfalto pero la mayor parte no lo
tiene aún. La carretera discurre en paralelo a la frontera con
Méjico.
Al
principio se atraviesa una región llana, con algunas casitas junto a
la carretera aunque la mayor parte de los pueblos están en el
interior. Hay plantaciones de palma, maíz, piña arroz. Se ven
algunos restos de bosque y algunas ceibas. Son unos árboles
magníficos. La ceiba es el árbol nacional de Guatemala.
Me
señalan al lugar donde tuvieron secuestrado a un vecino. Los
secuestradores lo maltrataron y lo retuvieron para chantajear al jefe
de su empresa. Un poco más adelante cruzamos un río bastante grande
y llegamos a Veracruz. Es un pequeño montoncito de casuchas, con las
omnipresentes tiendas donde se vende de todo y filas de camiones de
las obras aparcados a las orillas de la carretera que atraviesa el
pueblo.
A
partir de Veracruz el paisaje empieza a cambiar. Se hace más
montañoso. La carretera sube y baja por pequeños cerros hasta
llegar a Mayaland. Es un pueblo grande y superpoblado. Hay cientos de
niños. Como es domingo la gente se congrega alrededor del campo de
fútbol que queda a la derecha de la carretera. A la izquierda hay
una reunión de la comunidad. Un grupo de hombres y mujeres vestidas
de corte se congregan en una explanada debajo de un árbol.
Pasando
Mayalan la carretera se empina un poco más. Se ven grandes
extensiones de selva. Dicen que por allí se refugiaba la guerrilla.
Llegamos a un alto desde donde hay unas vistas espectaculares del
valle del río Ixcan. A lo lejos se divisa Méjico. Para bajar hasta
el río hay una pendiente muy pronunciada. Una camioneta que viaja en
sentido contrario cargada con tierra no es capaz de superar la cuesta
y sus ocupantes tienen que bajar parte de su carga.
Valle del río Ixcán |
El
río Ixcan es muy ancho, el puente que lo atraviesa tendrá casi
medio kilómetro de largo.
Río Ixcán |
Puente sobre el río Ixcán |
De
regreso vamos recogiendo a gente que espera al borde de la carretera.
Son gente que está trabajando en el campo y quiere llegar a su
aldea. Sube un chico que lleva un costal lleno de plantas de banano
para trasplantar. Se comunica por señas. Por lo que parece puede oir
pero no puede hablar. Cerca de Playa Grande suben tres mujeres que
van al pueblo. Los pasajeros suelen pagar algo (5 quetzales) por el
transporte.
En
el camino a la aldea me cuentan que hace algún tiempo hubo algunos
atracos. Asaltaron un camión y robaron una moto. La gente atrapó a
los ladrones y los mataron. Se tomaron la justicia por su mano, que
es lo mismo que decir que no hay justicia.
A
las 8 de la tarde se puso a llover torrencialmente. El techo de chapa
de la casa suena con estrépito.
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