Iniciamos una serie de artículos con el diario de Viaje a Guatemala







viernes, 18 de octubre de 2013

14 de julio: Viajando por Ixcan: Mayalan y Veracruz.


14 de julio
Salimos en el carro conducido por C, que lleva a su hijo de copiloto. En la bañera de la camioneta vamos el abuelo y yo. Viajar en esas condiciones supone ir de pie, recibir mucho sol, mucho polvo y mucho viento, pero cuando uno se acostumbra no está tan mal. La carretera entre Playa Grande y el río Ixcan está en construcción, por todos lados se ven máquinas, puentes en obras y montones de grava y materiales. Hay algunos tramos con asfalto pero la mayor parte no lo tiene aún. La carretera discurre en paralelo a la frontera con Méjico.

Al principio se atraviesa una región llana, con algunas casitas junto a la carretera aunque la mayor parte de los pueblos están en el interior. Hay plantaciones de palma, maíz, piña arroz. Se ven algunos restos de bosque y algunas ceibas. Son unos árboles magníficos. La ceiba es el árbol nacional de Guatemala.

Me señalan al lugar donde tuvieron secuestrado a un vecino. Los secuestradores lo maltrataron y lo retuvieron para chantajear al jefe de su empresa. Un poco más adelante cruzamos un río bastante grande y llegamos a Veracruz. Es un pequeño montoncito de casuchas, con las omnipresentes tiendas donde se vende de todo y filas de camiones de las obras aparcados a las orillas de la carretera que atraviesa el pueblo.



A partir de Veracruz el paisaje empieza a cambiar. Se hace más montañoso. La carretera sube y baja por pequeños cerros hasta llegar a Mayaland. Es un pueblo grande y superpoblado. Hay cientos de niños. Como es domingo la gente se congrega alrededor del campo de fútbol que queda a la derecha de la carretera. A la izquierda hay una reunión de la comunidad. Un grupo de hombres y mujeres vestidas de corte se congregan en una explanada debajo de un árbol.

Pasando Mayalan la carretera se empina un poco más. Se ven grandes extensiones de selva. Dicen que por allí se refugiaba la guerrilla. Llegamos a un alto desde donde hay unas vistas espectaculares del valle del río Ixcan. A lo lejos se divisa Méjico. Para bajar hasta el río hay una pendiente muy pronunciada. Una camioneta que viaja en sentido contrario cargada con tierra no es capaz de superar la cuesta y sus ocupantes tienen que bajar parte de su carga.

Valle del río Ixcán



El río Ixcan es muy ancho, el puente que lo atraviesa tendrá casi medio kilómetro de largo.

Río Ixcán

Puente sobre el río Ixcán


De regreso vamos recogiendo a gente que espera al borde de la carretera. Son gente que está trabajando en el campo y quiere llegar a su aldea. Sube un chico que lleva un costal lleno de plantas de banano para trasplantar. Se comunica por señas. Por lo que parece puede oir pero no puede hablar. Cerca de Playa Grande suben tres mujeres que van al pueblo. Los pasajeros suelen pagar algo (5 quetzales) por el transporte.



En el camino a la aldea me cuentan que hace algún tiempo hubo algunos atracos. Asaltaron un camión y robaron una moto. La gente atrapó a los ladrones y los mataron. Se tomaron la justicia por su mano, que es lo mismo que decir que no hay justicia.

A las 8 de la tarde se puso a llover torrencialmente. El techo de chapa de la casa suena con estrépito.

No hay comentarios:

Publicar un comentario